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lunes, 20 de agosto de 2012

Asamblea Constituyente: La derecha chilena muestra la hilacha

En los últimos días hemos asistido a nuevos episodios de malestar social, nuevamente los estudiantes secundarios abren los fuegos y encienden la polémica, resulta paradójico que sean los adolescentes quienes tengan que asumir la responsabilidad de generar propuestas de Estado para - en el caso de ellos - fortalecer la educación pública, permanentemente amenazada por el gobierno de Piñera. Cabe preguntarse ¿por qué este país que se jacta de su estabilidad y madurez socio política es incapaz de generar las instancias para que las demandas ciudadanas sean atendidas? ¿Por qué hay que salir a reclamar a la calle, tomarse las escuelas y universidades?.

Seguramente podemos encontrar una variedad de respuestas, sin embargo, bien vale la pena detenerse (por enésima vez) a plantear la imperiosa necesidad que tiene Chile de encontrar el camino que lleve a una nueva constitución política, que de cuenta de los valores, aspiraciones y sueños de esta sociedad del bicentenario que se adentra en el siglo 21. Y es que resulta absolutamente imposible que la carencia de ESTADO sea subsanada con la putrefacta carta magna vigente en la actualidad.

El domingo pasado en el programa Tolerancia Cero el economista de la U. de Chile Óscar Landerretche, manifestaba su pesimismo de cara al futuro, basado principalmente en un hecho observable a simple vista: La derecha chilena, personificada en ese neo-fascismo populista de la UDI. Según Landerretche los gremialistas tienen la sartén por el mango en materia de reformas políticas (económicas, valóricas, y un muy largo etc.). Hoy 20 de agosto a la salida del comité político en La Moneda, Felipe Salaberry vicepresidente de la tienda de calle Suecia manifestaba: "Que la oposición cae en el Chavismo y que no es posible que a esta altura se plantee una asamblea de carácter anárquico, está demostrado que las democracias populares no sirven".

Fuera de ser una caricatura con una muy débil argumentación, es también una clara muestra del pavor que provoca en la UDI, la sola idea de modificar las actuales estructuras que tanto poder les han dado, pues es muy claro que con un régimen político auténticamente democrático, su representación parlamentaria se vería reducida considerablemente.

Por ahora, solo queda seguir manifestándose en las calles y vociferando sin descanso que Chile necesita de una buena vez su primera constitución política realmente democrática, para ello es clave entender que la única vía posible es la de la asamblea constituyente, para pesar de la derecha nacional.